Limpieza de playas

lunes, 11 de abril de 2011

Diagnóstico de la educación normal en Jalisco

Silvia Ayala Rubio [1] nos presenta un estudio realizado entre los años treinta y los ochentas a la educación normal en el estado de Jalisco, en una etapa de relativa estabilidad social.
     En 1892, se funda la Escuela Normal para Profesores bajo el control del gobierno del estado. El año 1925, es fundamental para la educación en Jalisco,  surge un nuevo modelo curricular con tendencia a obtener una enseñanza más pragmática, más abierta y más libre de fanatismos religiosos.
     En este ideal de maestros de libre pensamiento, se mantiene un nivel de identidad ideológica con respecto a la orientación económico-social que debía adoptar el país y al tipo de educación que al gobierno correspondía fortalecer.
     Esta educación vinculada al cambio social asume una actitud antiimperialista, anticlerical, de lucha y defensa de reformas sociales a favor de clases más desprotegidas económicamente.
     Diez años más tarde se perfilan los tres ejes principales por lo que el normalismo habría de incursionar hasta nuestros días: educación normal estatal y federal.
      Durante el gobierno cardenista se desvincula de la Universidad a la Escuela Normal para Profesores. En esta etapa amplios sectores de la sociedad civil, vinculados con el clero,  aglutinan sus intereses en contra del “comunismo educativo”, negando a sus hijas el acceso a la Escuela Normal debido a las diferencias de filosofías educativas.
     Con ésta información, obtenemos un conocimiento más aproximado en torno a la formación docente en las entidades de México. En 1984, el total de escuelas normales o instituciones afines para la educación primaria son 17.
     En Chihuahua, de la entidad de que soy originaría, se fundan diversas escuelas normales particulares en la década de los setenta. Mi padre, fundador del Instituto Pedagógico Chihuahuense, dedicado a la formación de maestras normalistas y de educación preescolar, fue uno de éstos maestros luchadores incansables por brindar una oportunidad para aquellos mexicanos que quisieran dedicar su vida al magisterio. La Institución se cierra por indicación de la Secretaría de Educación Pública, argumentando no contar con plazas suficientes para los egresados de normales particulares.
     Les comparto un escrito de mi padre referente a los maestros.[2]
    


[1] [1] AYALA Rubio Silvia.  Diagnóstico de la educación normal en Jalisco en antología Historia regional, formación docente y educación básica en…, UPN, México, 1995. Pp.236-241

[2] EL HERALDO de Chihuahua.Compañía periodística. Editoriales. Chih., Chih.2011

Al maestro...gracias

José García Rivas

Me parece que nunca las gracias serán suficientes, para retribuir al maestro que enderezó algún aspecto de nuestra vida.
Dice un proverbio árabe: “Al que me enseñe una letra lo serviré de rodillas”. Servirle de rodillas sería insuficiente, aunque la acción del maestro hubiera sido mínima. No hay nimiedades cuando se sirve con entrega total, y con total desinterés.
A un maestro castigador, le dijo uno de sus alumnos: “Sin sus llamadas de atención, yo no me habría enderezado. Gracias, maestro”.
Al utilizar el masculino “maestro”, no estoy excluyendo a las abnegadas maestras. Con la palabra maestro me estoy refiriendo a los dos sexos.
A momentos los padres, castigan de más a sus hijos, a veces los olvidan. Un maestro quiere más a sus alumnos que a sus propios hijos; nunca se olvida de los alumnos. Y los menos olvidados son los que fueron los más problemáticos. El maestro siempre está sembrando, siempre está lanzando nueva semilla. Muchas semillas no caen en tierra fértil, pero eso no le quita su valor al maestro.
El maestro se disfraza muy comúnmente de rigidez. Algunos son sañudos, con cara de coraje. Esos son los más efectivos, son los que más aman. Algún día el alumno descubrirá que aquella aparente saña, no era más que una simulación para lograr mejorar las conductas.
El maestro no es sólo el que enseña las letras y las ciencias, es el que crea la personalidad de sus alumnos. El maestro sabe perdonar, nunca guarda un rencor. Nunca revela las diabluras de los alumnos, los respeta siempre. El buen maestro no tiene malos alumnos, tiene alumnos que requieren un trato especial, que necesitan más atención. El maestro es el que llena de amor el corazón del alumno; es el que da comprensión.
Cuando empieza una jornada de clases, el maestro es el que en privado le pregunta al alumno, cómo va el problema de ayer. Los problemas del alumno son siempre problemas para su maestro.
El maestro no es dejado, no es olvidadizo. Siempre trae delante de los ojos los muchos problemas que tiene que cargar un muchacho. También estoy hablando del alumno, en masculino, pero estoy incluyendo a todas las alumnas.
La maestra es más que una madre para sus alumnos; la alumna siempre es una hija predilecta. No importa su vocabulario, no importan sus odios.
La maestra no echa en cara al alumno, a la alumna, sus días de mala conducta. El maestro es olvidadizo de todas las bromas y burlas e imitaciones de que fue objeto. El Maestro no se ofende. Sabe que a veces hay que tolerar para enseñar la tolerancia.
Todos estos pensamientos sobre la labor del maestro, de la maestra, me nacieron al ver la película: El Discurso del Rey. La trama es un canto a la labor magisterial, a esa labor callada, continua, preocupada. Porque todos fuimos alumnos, hemos, de vez en cuando, de recordar lo mucho que hizo por nosotros, “ese” maestro, cuyo nombre ya habíamos olvidado. El alumno olvida a su maestro. El maestro nunca olvida las cosas que logró que su alumno superara.

martes, 5 de abril de 2011

Profesión docente e identidad

  Eduardo Remedi nos presenta en la lectura algunos ejemplos para entender el binomio profesión docente e identidad.[1]
  En el campo de otras profesiones es factible la resolución de problemas concretos. Sin embargo, a los maestros se les presentan otros factores formativos en la práctica diaria.
  Los alumnos, la institución y la sociedad se presentan como el objeto de las funciones del docente e incluso de sus aspiraciones. Su actividad refleja e incorpora significados de lo que socialmente se espera de su función como maestro.
  Uno de los maestros entrevistados manifiesta su frustración al sentir que se ha limitado a la enseñanza dejando de lado su profesión, dedicándose a una actividad ubicada en un lugar distinto al que aspiraba.
  Otro de los entrevistados considera la docencia como un proceso tanto de enseñanza como de aprendizaje. Lo que manifiesta parecerle más atractivo además de la variedad de situaciones que se presentan en la educación, el que al final recibe grandes satisfacciones. El autor destaca de la entrevista tres elementos en la enseñanza de las matemáticas: sintetizar la metodología de su enseñanza, plantear la autonomía del alumno frente al maestro y capacitar al alumno para que aprenda a moverse por el mundo como ciudadano.
  Aspirar a formar a través del proyecto capacidades para que el alumno sepa hablar, escribir y comprender lo que habla, lee, escribe y calcula, tiene la intención de atribuir independencia y neutralidad  a un método de enseñanza.
  El alumno aprende habilidades y pasos para abordar fragmentos de conocimientos, para que de este modo pueda seguir buscando en la educación, el maestro esa formación que necesita.
  El investigar y proponer nuevas estrategias en su campo laboral, permite permanecer con cierta frescura al docente. Es arduo el sumar a la enseñanza diaria, una capacitación permanente que bien vale la pena. Definitivamente alternar con una tercera actividad parece titánico, ya que los maestros tienen familia y deberes que atender.
  Es aquí donde la creatividad del maestro logra un equilibrio en las diferentes facetas de su vida profesional. Felicidades a todas mis compañera que siguen en este camino de concluir su licenciatura en educación ¡Son maravillosas y muy valiosas para la educación de nuestros niños!


[1] REMEDI Eduardo. Profesión docente e identidad en antología Historia regional, formación docente y educación básica en…, UPN, México, 1995. P.209